lunes, 18 de febrero de 2013

Y cuándo piensas que las cosas no pueden ir peor...

Llevaba toda mi vida con la pequeña manía de pensar que las cosas son para siempre y nunca mirar adelante, si no mirar al pasado y aferrarme a él como una lapa.
Nunca me había considerado débil, hasta entonces.
Tengo 16 años, y creerme, a veces ser adolescente es para morirse. 

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