A veces hay que perder para ganar.

Y... Por sí lo dudabais y estabais a la espera... No, no me felicito. Pero sabéis que? Y este no es el típico discursito de la despechada, esto lo digo de verdad, prefiero todos los regalos que me hicieron mis amigas, que cualquier felicitación de Elliot. Me he dado cuenta que quien tiene un amigo tiene un tesoro y que no los cambio ni por todos los tíos del mundo.

Diecisiete primaveras.

El graaaaaaaaaaaan día, todo el mundo me felicitará con una sonrisa, "feliz cumpleaños Andrea!", "felices diecisiete"...
En serio? Felices? No es por ser pesimista pero joder, 17, un año puente, eres demasiado mayor para hacer algunas cosas, pero no lo suficiente para otras, en serio?
En fin. Todos sabemos que si Elliot y yo estuviéramos juntos este día sería distinto. Me felicitará? Estamos enfadados, pero a caso importa? Es mi cumpleaños, y su felicitación sería la única que no me molestaría, yo le felicité cuando estábamos en un bache peor que este... Si no lo hace, sabremos que la verdad, no le importo, y la verdad... La verdad siempre duele.

Y cuándo piensas que las cosas no pueden ir peor...

Llevaba toda mi vida con la pequeña manía de pensar que las cosas son para siempre y nunca mirar adelante, si no mirar al pasado y aferrarme a él como una lapa.
Nunca me había considerado débil, hasta entonces.
Tengo 16 años, y creerme, a veces ser adolescente es para morirse. 

Teen.

Que hacer cuándo tu vida es tan jodidamente complicada que nadie de tu alrededor podría llegar nunca a comprender todo lo que pasa por tu cabeza? Probablemente hacer un blog y escribir algo que supuestamente nadie va a leer. Será como una terapia, en vez de quedarse dentro, va hacia fuera, y quien sabe? Quizás todo esto algún día sirva para que alguien no tome los mismos errores que yo.